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ES-TRAD
JA
X-NONE

VERSIÓN CASTELLANA MÁS ABAJO!


La intensitat del moment ha baixat: les
entrevistes, les fotos, aquell somriure, que no puc ni vull esborrar-me de la
cara, ja es dissimula, vaig canviada, els companys han marxat i m’assec rere la
meta, sota l’ombra d’un bon arbre, on passo força desapercebuda, a menjar una
mica mentre reviso la gran quantitat de missatges i felicitacions que ja he
rebut. 

La veu vibrant d’en Depa segueix, a tot drap, anunciant els corredors que
van creuant la meta.

 Entre els missatges trobo un vídeo que ha gravat en Manel
de la meva arribada. Me’l poso una vegada i una altra, és curt. I en una
d’aquestes, me n’adono que estic plorant, estic absolutament emocionada. Me’l
torno a posar i tanco els ulls mentre em dic a mi mateixa que avui m’ho
mereixo.
Em venen al cap diferents parts de la cursa.
Recordo amb precisió que he anat especialment concentrada, tenint clar què fer a cada
moment. He gaudit dels ànims d’aquests canaris hospitalaris i amables,
he patit, he tingut ganes de vomitar, però he seguit menjant i bevent com un
autòmat. M’he trobat còmode i a gust corrent, àgil pujant i baixant, m’han fet
molt mal els isquios i he avorrit la baixada final! No he passat massa calor i,
tot i que no he alçat gaire la mirada, he gaudit d’algunes imatges precioses
que segurament no esborraré mai del cap.
Seria injust reduir una cursa de 73 kms als 2-3
finals, però avui no ho puc evitar. 

Segueixo corrent amb el basc que m’he
trobat a mitja baixada, sortim del barranc després de la Playa de Tazacorte,
enfilem unes rampes empedrades mentre em vaig girant, tot i que m’han confirmat que
porto prou marge a la tercera. Entrem al poble de Los Llanos i sento el motor
de dues motos de la policia que engega i m’adono que en portem una al davant i
una altra al darrere i que no tenen cap intenció de marxar. Encenen la sirena a
tot drap i cada cop estem més al centre del poble. Sé que ens ve una recta molt
llarga d’asfalt que em fa patir una mica, però l’emoció i l’adrenalina del
moment em fan créixer i corro amb ganes. La recta està plena de bars amb gent a
fora, és l’hora de dinar i estan a petar. Començo tímida xocant alguna mà, però
després m’adono que no sé si tornaré a viure un moment com aquell o, que si més
no, que no n’he viscut cap i que l’haig d’aprofitar.
Em vaig animant i a cada bar que passo aplaudeixo
amb els braços alçats i sento com criden. Segueixo picant les mans de la gent.
Sense ni adonar-me’n, les motos es retiren, trenco a la dreta, avanço uns
metres… a l’esquerra, i veig una catifa vermella amb uns arcs al fons i
tanques a banda i banda, rebentades d’espectadors.
En aquest moment el temps es para, comença a marxar
a càmera lenta mentre segueixo avançant xocant la mà a la gent. Criden, sento
el meu nom molt fort de la boca d’un Depa gairebé incrèdul.
Noto que corro tancant els ulls, gaudint de
l’instant, aixeco el cap vers el cel, sento tanta felicitat que no sóc capaç
d’entendre-la. Arribo a meta amb els braços alçats, freno, em giro cap al
públic i saludo absolutament desbordada. Em torno a girar cap als periodistes i
ara els saludo a ells, com si ho hagués fet tota la vida. Em poso les mans als
genolls i baixo el cap mentre em dic: ho he fet, sí senyor, avui ho he fet! 





CON ESFUERZO Y PASIÓ… ¡SÍ! SE CONSIGUEN COSAS


La intensidad del momento ha bajado: las entrevistas, las fotos, aquella sonrisa, que no puedo ni quiero borrarme de la cara, ya se disimula, voy cambiada, los compañeros han marchado y me siento detrás la meta, bajo la sombra de un buen árbol, donde paso fuerza desapercibida, a comer un poco mientras reviso la gran cantidad de mensajes y felicitaciones que ya he recibido. 
La voz vibrante de Depa sigue, a todo trapo, anunciando los corredores que van cruzando la meta.
Entre los mensajes encuentro un vídeo que ha grabado Manel de mi llegada. Me lo pongo una y otra vez, es corto. Y en una de estas, me doy cuenta que estoy llorando, estoy absolutamente emocionada. Me lo vuelvo a poner y cierro los ojos mientras me digo a mí misma que hoy me lo merezco.

Me vienen a la cabeza diferentes partes de la carrera. Recuerdo con precisión que he ido especialmente concentrada, teniendo claro qué hacer en cada momento. He disfrutado de los ánimos de estos canarios hospitalarios y amables, he sufrido, he tenido ganas de vomitar, pero he seguido comiendo y bebiendo como un autómata. Me he encontrado cómoda y a gusto corriendo, ágil subiendo y bajando, me han dolido mucho los isquios y he aburrido la bajada final! No he pasado demasiado calor y, a pesar de que no he levantado mucho la mirada, he disfrutado de algunas imágenes preciosas que seguramente no borraré nunca de la cabeza.



Sería injusto reducir una carrera de 73 kms a los 2-3 finales, pero hoy no lo puedo evitar. 
Sigo corriendo con el vasco que me he encontrado a media bajada, salimos del barranco después de la Playa de Tazacorte, subimos unas rampas adoquinadas mientras me voy girando, a pesar de que me han confirmado que tengo suficiente margen con la tercera. Entramos al pueblo de Los Llanos y siento el motor de dos motos de la policía que se pone en marcha y me doy cuenta que traemos una delante y otra detrás y que no tienen ninguna intención de marchar. Encienden la sirena a todo trapo y cada vez estamos más en el centro del pueblo. 

Sé que nos viene una recta muy larga de asfalto que me hace sufrir un poco, pero la emoción y la adrenalina del momento me hacen crecer y corro con ganas. La recta está llena de bares con gente afuera, es la hora de comer y están a tope. Empiezo tímida chocando alguna mano, pero después me doy cuenta que no sé si volveré a vivir un momento como aquel o, que como mínimo, no he vivido ninguno y que lo tengo que aprovechar.
Me voy animando y a cada bar que paso aplaudo con los brazos levantados y siento como gritan. Sigo chocando las manos de la gente. Sin ni darme cuenta, las motos se retiran, giro a la derecha, avanzo unos metros… a la izquierda, y veo una alfombra roja con unos arcos al fondo y vallas a ambos lados, reventados de espectadores.
En este momento el tiempo se para, empieza a marchar a cámara lenta mientras sigo avanzando chocando la mano a la gente. Gritan, siento mi nombre muy fuerte de la boca de un Depa casi incrédulo.
Noto que corro cerrando los ojos, disfrutando del instante, levanto la cabeza hacia el cielo, siento tanta felicidad que no soy capaz de entenderla. Llego a meta con los brazos levantados, freno, me giro hacia el público y saludo absolutamente desbordada. Me vuelvo a girar hacia los periodistas y ahora los saludo a ellos, como si lo hubiera hecho toda la vida. 

Me pongo las manos a las rodillas y bajo la cabeza mientras me digo: lo he hecho, sí señor, hoy lo he hecho!

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